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martes, 18 de octubre de 2011

MI ACERCAMIENTO AL TANTRA (TESTIMONIO)




Mi Acercamiento al Tantra

De Alicia Castillo
  • ¡Hola a todos!

    Motivada por Andrés y Silvia, unos queridos amigos tántricos, he decidido compartir mi experiencia en los retiros que imparte el Maestro Daniel Villalba
    Mi acercamiento con el Tantra viene de ya casi dos años atrás y es una historia muy curiosa, pues ahora que lo recuerdo es como si el universo me estuviera llamando para conocerle.
    Yo practicaba yoga en un centro deportivo y en una ocasión el instructor titular no pudo asistir e informó que alguien más le cubriría, he de decir que cuando esto ocurría yo no acudía; además, la clase sería en un espacio muy pequeño al que solían mandarnos cuando el salón habitual era ocupado para otros eventos, y en suma, aquella sesión se realizaría un miércoles, día en el que yo sólo iba a tomar yoga y no realizaba otra actividad; muchos eran los motivos por los que normalmente decidiría no asistir, sin embargo algo llamó mi atención, lanzando un impulso dentro de mí que me llevó a mi primer clase de Tantra.
    Al principio todo fue extraño pero al mismo tiempo me dejó un muy buen sabor de boca, así que quise continuar experimentando y aprendiendo, de esta forma fue como me acerqué a Sergio, un excelente amigo, quien hasta ahora continúa guiando mis pasos en el conocimiento de algo más grande que habita dentro de mí.
    A lo largo de este camino, he sentido y he vivido experiencias inenarrables pero al tratar de ponerlas en palabras, diría que me han llevado del júbilo a la tristeza y de la duda al conocimiento.
    Mi acercamiento más fuerte acaba de suceder hace escasos unos meses en un retiro en la ciudad de Buenos Aires, a este punto, el Tantra no era algo nuevo para mí, sin embargo venía de atravesar una etapa de inseguridad, dudas, miedos hechos realidad, conflictos emocionales, y la no aceptación de lo que estaba sucediendo en mí y alrededor mío, tanto así que dudé si en verdad debería seguir acercándome a este camino; después de mucho pensarlo, decidí asistir por dos motivos esenciales: 1) Siempre había querido ir a algún taller y, por una u otra circunstancia, nunca podía hacerlo; así que era como coloquialmente decimos “el sacarse la espinita” y 2) Era la única forma posible que encontraba para saber si continuar o agradecer y seguir por otro rumbo.
    Así fue como llegué a mi primer retiro, recuerdo que antes de comenzar uno de los kriyas me dije: “No pienses, sólo déjate llevar y deja que tu cuerpo hable”, y efectivamente lo hizo, mi cuerpo como por arte de magia comenzó a agitarse solo, yo no tenía que dictar ningún movimiento, él solo encontraba la manera de expresarse, de sentir la música y el ritmo, mientras yo me dejaba llevar por la armonía que sentía en cada paso que daba, en cada movimiento de mis dedos, y en cada latido que emitía, era la conexión de mi ser con el universo, y al mismo tiempo la liberación de todo aquéllo que me oprimía y que venía cargando como un costal de pesadas rocas en mi espalda; fue en ese momento que también me di cuenta que no había razón para dudar de mi acercamiento al Tantra.
    Después del retiro y de regreso a mis actividades cotidianas, experimenté emociones extrañas, además de sueños raros, no por el sueño en sí, sino por el sentimiento que dejaban, indescriptible pero semejante a la angustia y a la incertidumbre; aún así, acompañado de un estado de cierta tranquilidad, tendrían que vivirlo para entender lo que digo y tal vez sólo quienes han estado cercanos a estos sentimientos podrán entenderme.
    Continué mi experiencia en otro retiro en el Delta; con un hermoso paisaje como testigo, un lugar místico y lleno de paz. Debo decir que mi trabajo no fue tan profundo como en el otro retiro, pero aún así viví cosas nuevas, entre ellas el reconocimiento propio como una mujer maravillosa, capaz de sentir, de vibrar, y de abrazar el placer, percibiendo cómo esa energía me renueva al recorrer cada parte de mi ser.
    Algo es constante después de vivir esta experiencia, en lo profundo de mi corazón habita la confianza, un dejo de plenitud, de liberación y de tranquilidad emocional, que se asienta poco a poco, pero que cuando hago retrospectiva me doy cuenta que mi vida ha dado un giro impresionante; cada día soy capaz de aceptar un poco más las situaciones que acontecen a mi alrededor, como todos, en ocasiones me molesto y me frustro si creo que las cosas no me están saliendo bien, entonces respiro profundo y me digo que todo sucede por una razón y todo es tal como debe de ser, aunque por ahora no comprenda el motivo; el tiempo me ha mostrado que la vida va llenando las piezas faltantes del rompecabezas y nos coloca justo en el lugar al que pertenecemos, brindándonos aquéllo que necesitamos para crecer y evolucionar.
    Hoy he aprendido que la vida es aquí y ahora, el pasado ya se fue y el futuro no lo podemos conocer, cualquier cosa que te puedas imaginar seguramente no será ni la mínima parte de como la esperabas. Sé que debo dejar ir y no aferrarme a las cosas que no puedo controlar; he aprendido más de las relaciones, del amor, de la vida, y aún así entiendo y acepto que tengo un largo camino por transitar, pues no lo sé todo y tal vez ni siquiera un poco, pero lo único que importa es seguir caminando, continuar el recorrido, vivir lo que se nos presenta a cada momento; sentir, reír, llorar, gozar, amar, entregar y sobre todo ¡SER!
    Agradezco profundamente al universo que me haya permitido conocer el Tantra y me haya cruzado con personas tan maravillosas como el Maestro Daniel Villalba, Sergio, Silvia, Andrés, Sonia, entre otras más.
    Finalmente, sólo me resta invitarles a darse la oportunidad de conocer este camino y a que ustedes mismos después nos compartan su propia experiencia.
  • Alicia Castillo